Psicóloga Mariana Val

Nadie, absolutamente nadie está hablando de esté tema que me parece tan importante; así que aquí les voy a dar mi visión de las cosas. 

La romantización del cambio y la transformación está a la orden del día, en tik tok no dejan de hablar de cómo lograr “la vida deseada” o de cómo ser “tu mejor versión” y en Instagram solo miramos “la perfección” o “la felicidad constante”. 

Por todos lados aparecen gurús, coaches, influencers o algún dude por ahí contándonos los 5 tips para ser lo que quieras ser.  Y hasta cierto punto me parece perfecto que esto exista, claro que tenemos que hallar motivación, crear objetivos y visualizar algo mejor. Así está diseñado el cerebro humano para sobrevivir. 

El problema es que dentro de toda esta romantización, nadie nos habla de lo duro que es el proceso de transformación. Nadie nos cuenta que crecer implica forzosamente perder una parte importante de nosotros mismos y esa pérdida casi nunca se trabaja, casi nunca se habla, casi nadie sabe de ella. 

Por ejemplo, crecer y conseguir un nuevo trabajo implica que vas a dejar tu antiguo puesto y que todas las cosas que hacías, los lugares a los que ibas y las personas que conocías ya no van a ser las mismas. Esto, automáticamente genera una sensación de pérdida de una vida tal como la conocemos y por ende surge el miedo innegable de ¿ahora quién voy a ser?. 

Creo yo, que entre estos dos momentos existe algo que pone al ser humano de cabeza siempre, la incertidumbre (que hablaré de ello en otro artículo).

Pero regresando al tema; transformarnos implica que ya no vamos a ser quienes éramos antes y esto nos va a costar amistades, relaciones familiares o de pareja, puestos laborales, cierre de empresas, incluso metas y sueños que teníamos “desde siempre” y que ya no existen más. Es por todo esto que digo que pasamos por un duelo muy fuerte cuando cambiamos o crecemos. 

La sensación de no pertenecer más a algún lugar o a algún grupo; la tristeza de saber que no existe un retorno, el anhelo de querer que alguien más te acompañe en este nuevo camino, la nostalgia anticipada de extrañar algo que ya no se tendrá. 

Y como en todo proceso de duelo, comenzamos por la negación y nos aferramos a seguir en este lugar (aunque sea por poco tiempo), nos forzamos a estar en los mismo grupos, a salir con la misma gente, a regresar día con día a ese trabajo que tanto ”amamos” y así a aguantar un poquito más. Pronto aparece el miedo y nos agarramos con todas nuestras fuerzas del pasado, de lo conocido, de lo “seguro” y ahí nos quedamos un rato entre el sí y el no… todo con tal de no lanzarnos al vacío, a lo desconocido. 

Hasta que un día el enojo se hace presente y entonces arremeten contra todos los demás; todos aquellos que no navegan en el mismo proceso que tu, esos que te dejan “solo” y que no avanzan contigo, aquellos que se quedan atrás o que te dejan ir y “no se esfuerzan” para alcanzarte. A todos ellos los tachamos de mediocres y conformistas, pero no queremos que se vayan aun, es por eso que estamos muy molestos con ellos, con nosotros y con el proceso que estamos viviendo. 

Al final de todo esto, solo nos queda negociar, resignarnos y aceptar que el cambio y la transformación ya están aquí. Podemos aferrarnos un ratito más al pasado, podemos quedarnos ahí y jugar un poco, pero realmente esto ya sucedió; tú ya no eres el mismo que eras antes

Y eso te va a costar: personas, relaciones, momentos, creencias, pensamientos, identidad y muchas cosas más; es por esto que el cambio y la transformación duelen tanto al inicio. 

Yo lo vivo y lo siento así: 

Perderte a ti mismo y transformarte es morir para renacer en el mismo cuerpo, con otra alma y otra mente. 

Tenemos que entender que no siempre vamos a sentir lo mismo y que una vez que aceptemos y soltemos lo que fuimos para vivir lo que somos ahora, el dolor, la tristeza y el enojo irán desapareciendo para darle lugar a la felicidad y el amor. 

Siempre digo que el papel del terapeuta es muy importante en estos momentos, pues es quien nos ayudará y acompañará en todo este proceso de pérdidas, cambios y transformaciones; estoy segura de que “no estas loc@”, quizás solo te está costando trabajo entender tu proceso y darle cabida en tu vida y en tu cuerpo. 

Si estás pasando por algo similar, contáctame y déjame ayudarte en este camino de transformación. 

Saludos digitales
Mariana 🙂


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